Passata de tomate: cremosa y envolvente
Lisa, aterciopelada y uniforme, la passata se obtiene de tomates maduros, sin piel ni semillas, y pasados por un colador. Su textura la hace perfecta para salsas rápidas, sopas, cremas y platos que requieren una base homogénea y delicada. Se cocina en pocos minutos y realza las preparaciones en las que el tomate es protagonista, como la clásica pasta al pomodoro o la sopa de cebada con tomate.
Pulpa de tomate: rústica y versátil
La pulpa se obtiene cortando los tomates en cubos y manteniendo parte del jugo. El resultado es un producto más rústico, rico en fibra y apto para cocciones largas. Ideal para platos contundentes como guisos, sopas de legumbres o salsas para pasta en las que se quiera percibir la “materia” del tomate. La pulpa fina de Pomì es perfecta para recetas como el pollo alla chitarnee, mientras que la pulpa rústica de Pomì brilla en preparaciones como la tarta salada de rosas al estilo pizzaiola.
Tomates en cubos: troceados e intensos
Los tomates en cubos de Pomì son 100 % italianos, pelados y conservados en su jugo. Mantienen una forma rústica y liberan sabor gradualmente durante la cocción. Son ideales para preparaciones largas como salsas tradicionales, condimentos rústicos o platos en los que se quiera sentir la consistencia del tomate al final. Perfectos para recetas como el bacalao a la romana o la falsa tripa a la romana.
Conocer para cocinar mejor
Elegir entre passata, pulpa o trozos significa decidir el carácter y la textura del plato. Conocer las diferencias entre estos productos permite aprovechar al máximo cada ingrediente y valorizar cada receta. Al fin y al cabo, como en toda buena historia, también en la cocina todo empieza con una base sólida. Y cuando la base se hace con los tomates adecuados, el resultado no puede ser más que delicioso.
